Este mes de marzo comenzaron las campañas de cara a las elecciones más grandes de la historia en México. Se disputan más de 20 mil cargos de elección popular, entre ellos 128 senadurías, 500 diputaciones federales, 8 gobernaturas, una jefatura de gobierno, 31 congresos locales, 1580 ayuntamientos, 16 alcaldías y 24 juntas municipales. Se enfrentan también dos visiones políticas distintas: el conservadurismo de corte neoliberal, corrupto y criminal que gobernó durante 36 años y el obradorismo con enfoque social y humanista que planteó la Cuarta Transformación de México (4T) a partir de diciembre de 2018.
La alianza “Fuerza y Corazón por México” (FCM) está muy pendiente de todo lo que hacen AMLO, Claudia Sheinbaum, y toda la 4T, para desacreditarlos con base en mentiras sobre el país (fustigan con difamaciones obvias, sin algún sustento verificable como “un bajo crecimiento económico, la pobreza, la dictadura, la inseguridad, el narcotráfico, la violencia, el cambio climático, la contaminación” y, en general, contra las propuestas del plan C). Este discurso señala que el gobierno de la 4T “no atendió a la clase media” y que las obras icónicas como la refinería Olmeca, el Tren Maya, el Corredor Interoceánico y los aeropuertos (AIFA y Tulum) “no funcionan”, que “son caras” y que hubo “robadero”, sin mostrar ninguna prueba ni menos haciendo las denuncias correspondientes.
Sobre la marcha, a Xóchitl se le han ocurrido algunas propuestas como la de convertir a Pemex en una empresa de energías limpias (EMEX) para que produzca electricidad a través de cogeneración eficiente y geotermia en conjunto con empresas privadas y propone que en los primeros 6 meses de su gobierno va a cerrar las refinerías de Cadereyta, Madero, Minatitlán y Tula (en un país que tienen un parque vehicular de 55 millones, que usa gasolinas y diesel). La propuesta es improcedente, ya que no toma en cuenta que la economía mexicana se ha basado durante más de un siglo en los hidrocarburos, que son una fuente de energía que proporciona seguridad al sistema energético y al sistema productivo; de concretar tal disparate se perderían miles de empleos (Pemex tiene más de 117 mil empleados según cifras de la SHCP, 2023) que difícilmente podrían pasar a formar parte de una nueva actividad como la generación de electricidad, que además estaría en manos de privados.
El discurso de Morena apunta hacia una continuación de la 4T, que propone avanzar en la instrumentación del nuevo modelo de gobierno y de desarrollo distinto al neoliberal, llamado Humanismo Mexicano, que está en proceso de consolidación, y tiene principios que se han puesto en práctica durante el actual sexenio: distribución de la riqueza para beneficiar a todos y no solo a una minoría, privilegiando primero a los pobres; un instituto electoral menos costoso para la sociedad y que no represente intereses de ningún partido en específico; un poder judicial con ministros, magistrados y jueces elegidos democráticamente por el pueblo y no por una minoría oligárquica sometida a intereses del capital internacional, que respete las leyes que emanan del Congreso de la Unión, tal como lo señala la constitución, y en cuyo presupuesto se acate la Ley constitucional de que ningún funcionario público gane más que el titular del ejecutivo federal; impedir el oligopolio de los medios de comunicación privados, que son utilizados coordinadamente para mentir, difamar y crear animadversión al gobierno progresista en turno; un sistema de representación popular en el Congreso que refleje exactamente la preferencia de los votantes, por lo que deben eliminarse los puestos de diputados y senadores plurinominales que son designados por las cúpulas de los partidos políticos y no por el pueblo.
El pueblo trabajador, los pueblos originarios, los campesinos, los adultos mayores, una parte de la juventud, los maestros, puede decirse que tienen claro por quién van a votar, toda vez que Claudia Sheinbaum ha dicho que va a continuar con la política social que ha llevado a cabo el actual presidente. Sin embargo, hay una incógnita de por quién votarán integrantes de la clase media (que, por cierto, no es homogénea), algunos de los cuales dicen que no los benefició este gobierno. Según diferentes encuestas, los temas que más le interesan al electorado son, en orden de importancia: la inseguridad, la corrupción y la economía.
El tema de la inseguridad, que podría ser un “punto flaco” del gobierno actual, para Claudia Sheinbaum es un reto a resolver y ella resalta su experiencia de que durante su gobierno en la capital logró disminuir la percepción de inseguridad de un 73.7% en diciembre de 2018 a un 59.1% en diciembre de 2023, según la Encuesta de Seguridad Pública Urbana del INEGI. Por su parte, Xóchitl Gálvez argumenta que el país está bañado en sangre por la política de “abrazos y no balazos” del presidente, y plantea que en vez de que el ejército esté haciendo obras de construcción como sucede ahora, debería estar combatiendo a los delincuentes, ¿algún parecido con la política aplicada de por Felipe Calderón? (con decenas de miles de asesinados y desaparecidos como consecuencia) Hay que señalar que los “abrazos” no son a los delincuentes, se abraza a la juventud con programas sociales para que puedan estudiar y aprendan oficios, lo cual los aleja de ser cooptados por la delincuencia organizada. Tan sólo el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que ha atendido a 2.8 millones de jóvenes, arroja que 6 de cada 10 beneficiarios se han quedado trabajando en las empresas y negocios donde prestaron servicio de aprendices o consiguieron trabajo en otros. El conjunto de los programas sociales y la política económica del gobierno actual ha sacado de la pobreza a 8.9 millones de personas según el último reporte de Coneval del año 2023.
En materia de corrupción, la estrategia de la derecha neoliberal corrupta y criminal a la que representa Xóchitl Gálvez ha sido calumniar al presidente, aludiendo a un supuesto financiamiento de su campaña de 2006 por parte del cartel de Sinaloa, cosa que no se ha comprobado (porque no ocurrió, obviamente) y que el mismo gobierno de Estados Unidos declaró que no había pruebas para sostener tales acusaciones. De igual manera, nunca se ha podido comprobar que hayan existido actos de corrupción entre miembros de la familia del presidente. Más que mancillar el prestigio del titular del poder ejecutivo, de su gobierno y de su familia, estas dolosas mentiras dieron lugar a un repunte en su aceptación en la gran mayoría de las encuestas (en polls.mx se ofrece un compendio semanal de 24 encuestadoras que en promedio dan 27 puntos de ventaja a Claudia Sheinbaum). En general, el pueblo que votó por el actual presidente reconoce que se ha combatido a la corrupción, aunque quedan asuntos pendientes con un fuerte tufo a corrupción como el del Poder Judicial, que a través de inexplicables acciones en contra de las iniciativas de cambios legales y constitucionales impulsados por Morena, han detenido el avance de importantes reformas como la reforma eléctrica y la electoral, que precisamente buscan desterrar de una vez por todas la corrupción de grandes empresarios y altos funcionarios del gobierno.
En el tema económico, hasta la derecha reconoce que la percepción sobre la economía con el actual gobierno ha mejorado y no se ve como un problema grave, y existen condiciones que apuntan a un “extraordinario despegue en inversiones, comercio y empleo” según el diario globalista de derecha El País. En el mismo sentido, la ONU publicó que “México mejoró en el último año seis posiciones en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), indicador elaborado por una agencia de Naciones Unidas que incluye a 193 países y mide la esperanza de vida al nacer, educación e ingreso por habitante, de acuerdo con el reporte divulgado el pasado 13 de marzo”.
Xóchitl Gálvez dice que el sector privado es el único que puede garantizar el crecimiento económico del país, mientras que el planteamiento de Claudia Sheinbaum es darle continuidad a la política de inversiones en proyectos públicos estratégicos de infraestructura, para el desarrollo económico y social de las regiones que más lo necesitan, sin desestimar la importancia de la inversión privada (extranjera y nacional) en los ámbitos de su competencia.
Hasta el momento la política de desarrollo industrial propio está ausente en ambas propuestas de campaña y, sin embargo, es la única vía para lograr que la economía mexicana tenga motores propios y no dependa, como hasta ahora, de ser un país que exporte materias primas y abra sus puertas a la inversión extranjera, sin una estrategia sustantiva y eficaz para desarrollar ciencia, tecnología e innovación y una industrialización propias, con las que se pueda aprovechar el fenómeno de la relocalización o “nearshoring” a favor de toda la sociedad mexicana y no sólo de las élites como ocurrió al inicio del periodo neoliberal.
Tanto Claudia como Xóchitl, le apuestan a las energías limpias, que es parte de la agenda globalista de las elites financieras mundiales. Ambas candidatas apuestan en esta carrera a un caballo que no está corriendo al ritmo que se esperaba en el mundo. Estamos atestiguando, después de la pandemia y de la guerra en Ucrania, un escenario donde los hidrocarburos han recuperado su preponderancia estratégica y puede decirse que el proyecto del capitalismo verde se ha retrasado en el logro de las metas que se planteó. Por esta razón, es importante afinar las propuestas en el tema energético, que es un tema estratégico en el que las energías renovables deben ser incorporadas de acuerdo a los alcances que puedan llegar a tener en el sistema energético, considerando que las más publicitadas (solar y eólica) son intermitentes y que, tal como sucede actualmente en el mundo, no va a ser posible que estas fuentes de energía logren alcanzar las metas de “cero emisiones” para el 2050, y que difícilmente podrán sustituir en su totalidad un sistema energético que por más de un siglo se ha basado en el consumo recursos fósiles.
Se percibe que existe un vacío en propuestas específicas en el tema de una política pública para el desarrollo soberano de la ciencia, la tecnología, la industria y la innovación, que desde el punto de vista del Centro de Estudios Estratégicos Nacionales es de la mayor relevancia para garantizar el desarrollo soberano del país en beneficio de la sociedad mexicana. Para el CEEN se trata de un tema cuyo éxito solo puede garantizarse desde el Estado por lo que, dado el enfoque de la posición política de las dos candidatas, los trabajos del CEEN en este tema estratégico tendría cabida en las propuestas de la candidata a la presidencia por parte del partido Movimiento de Regeneración Nacional quien, en caso de ganar la elección, podría darle la importancia y el estatus de Política de Estado.