México • 20 de julio de 2023 • Daniel Salvador López Valencia•
¿Qué es el nearshoring y por qué se da?
A raíz de la guerra híbrida entre China y Estados Unidos, en su ámbito comercial el gobierno estadounidense comenzó a aplicar “sanciones” o acciones de bloqueo a la economía china con la finalidad de hacer más lento su crecimiento económico, que hoy en día es mayor que el de Estados Unidos (según centros de inteligencia estadounidenses, a final del presente siglo China será la mayor potencia económica global).[1] Estas acciones van desde prohibir la compra de paneles solares chinos (2018)[2] hasta la llamada “guerra de los chips” (2022),[3] en la que se prohíbe la venta a las compañías chinas de cualquier dispositivo semiconductor producido en Estados Unidos.
Los problemas de las cadenas de suministro entre estos países no son recientes; ya venían sucediendo por lo menos desde la administración de Donald Trump. Sin embargo, se agudizaron debido a los efectos de la pandemia de COVID-19 sobre las cadenas globales de valor, y Estados Unidos pretende resolver la dependencia estratégica respecto a las manufacturas baratas de China a través de la estrategia de nearshoring, que consiste en trasladar las fábricas de compañías estadounidenses en territorio chino a territorio nacional, o bien, a territorio de sus “aliados” del T-MEC, y siendo México el país con la mano de obra más barata, es por lo tanto el destino más prometedor para tales inversiones.
El nearshoring no es nada novedoso en México. A partir de la entrada en vigor del TLCAN en 1994, se instaló toda una nueva industria en los estados fronterizos de nuestro país: las maquiladoras. Estas son empresas de capital extranjero que aprovecharon los bajos costos de mano de obra mexicana para aumentar su tasa de ganancia y la cercanía con el mayor mercado del mundo para vender sus productos; ello aunado a una regulación laxa en la que al inversionista no se le exigió hacerse responsable de los costos sociales ni ambientales derivados de sus actividades.
¿Qué empresas vienen a México y en qué condiciones?
Así, en el contexto de esta política, han llegado a México inversiones extranjeras por más de 13 mil millones de dólares en lo que va de 2023, gracias a empresas extranjeras que buscan trasladar parte de sus actividades al país.
Al finalizar el primer trimestre de 2023, las inversiones provenientes de China representaron el 65% de la demanda total por nearshoring en el país. En el acumulado de 2019 al primer trimestre de 2023, Estados Unidos registra 21%, Alemania 9%, Japón 5%, Corea del Sur 5%, Taiwán 4%, Canadá 3%, Italia 2% y Suecia 2%.[4]
El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, comentó el 6 de junio pasado en una reunión ante consejeros del banco de BBVA:
“Desde el año pasado, pero sobre todo este año, hemos estado observando muestras de interés en nuestro país para relocalizar empresas en lo que se conoce como nearshoring. Tan sólo en lo que va de 2023, hemos registrado anuncios de inversión de 20 empresas por un monto total de 13 mil millones de dólares, de los cuales 54% corresponden al sector automotriz y autopartes, en donde destacan Tesla y BMW’’.[5]
Entre enero de 2021 y el cierre de 2022 se tiene el registro de 51 empresas extranjeras que han llegado a México: 23 de ellas están en etapa de construcción, 9 en etapa de operación y 19 han anunciado sus inversiones. Estas inversiones se localizan principalmente en los estados de Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí y Guanajuato, que en conjunto suman alrededor de 5,220 millones de dólares en 43 proyectos. El resto se distribuye en los estados de Aguascalientes, Baja California, Jalisco, Estado de México y Yucatán. Estos proyectos abarcan principalmente los sectores automotriz, autopartes, electrodomésticos, electrónicos y equipo de cómputo. En menor medida existen proyectos en los sectores de fabricación de plásticos, componentes de aluminio, tecnologías de la información, fibra de carbono, construcción, muebles, industria metalmecánica, juguetes y ropa.[6]
Por otra parte, en esa misma reunión el secretario de Hacienda hizo mención del decreto sobre el estímulo fiscal a las empresas que se instalen en el sur del país,[7] en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. El funcionario dijo que los incentivos responden a que no hay empresas en esa zona del país y habrá un periodo para que antes de que inviertan logren capturar el beneficio de la inversión.
“Las empresas que se ubiquen en el Corredor del Istmo –y este es el antecedente inmediato para el nearshoring– van a tener un descuento del 100% del ISR en los primeros tres años de operación; en los años 4, 5 y 6 van a pagar el 50%; pero si cumplen con metas de empleo que se van a establecer en los lineamientos del programa, el descuento de la tasa del ISR podría llegar al 90%”.[8]
Cabe mencionar que este megaproyecto tiene una planeación detrás, plasmada en el Programa Regional Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec[9] para todo un esquema de planeación en el que se contemplan los siguientes objetivos:
- Fortalecer la infraestructura social y productiva en la región del Istmo de Tehuantepec.
- Impulsar un nuevo modelo de crecimiento económico para el desarrollo en beneficio de la población del Istmo de Tehuantepec.
- Asegurar la articulación de acciones emergentes para la población en situación de pobreza extrema en el Istmo de Tehuantepec.
- Incrementar la biodiversidad y mejorar la calidad del agua, el suelo y el aire con un enfoque sustentable en la región del Istmo de Tehuantepec.
- Proteger, reforzar y difundir la diversidad lingüística y cultural, la memoria y los patrimonios culturales de los pueblos indígenas, afromexicanos y equiparables del Istmo de Tehuantepec, a través de acciones que garanticen su participación y derechos culturales.
Por el contrario, no existe un programa para el nearshoring en el norte del país, por lo cual no hay ningún ordenamiento legal que pueda guiar el proceso de industrialización según los objetivos del gobierno, expresados en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024. Tampoco existe una política industrial donde se establezcan los objetivos del desarrollo que respondan a los intereses del pueblo de México.
La inversión extranjera directa, pero ¿a qué precio? Los saldos del TLCAN
Cito al doctor Andrés Barreda, investigador de la UNAM, en una entrevista publicada el 13 de mayo de 2021:
El juego de México en el neoliberalismo partió de destruir toda nuestra industria previa. Hay que recordar que México tenía una de las industrias más grandes del tercer mundo y la industria más importante de América Latina, lo cual, a nombre de la libre competencia, se desmanteló. También teníamos una agricultura autosuficiente y se la deshizo. Es cierto que durante el neoliberalismo se desarrolló una nueva industria mucho más moderna, pero esta ya no se basó en capitales mexicanos privados y públicos y menos que respondieran a los intereses de la sociedad mexicana, ni tampoco estaba centrada en cadenas industriales y comerciales internas; más bien respondía a cadenas estrictamente globales de la industria automotriz y aeronáutica, la maquila textil, microelectrónica, etc., o bien a redes globales de servicios que, aunque usan el territorio y además sus riquezas, no pagan impuestos a nadie en ningún lugar, lo cual tiene como principal problema estructural que México es ofertado a la inversión extranjera mundial como un lugar donde se pueden encontrar, como en ningún otro sitio del mundo, las grandes ventajas comparativas de la desregulación ambiental, laboral y de servicios. Eso es lo que queremos decir cuando denunciamos que México fue convertido en un paraíso industrial y comercial. Durante el neoliberalismo se ha hablado continuamente de paraísos fiscales como las Islas Caimán, las Islas Vírgenes, Las Vegas, etc. Pero se ha preferido no hablar de los paraísos industriales, agroindustriales o comerciales: justamente los lugares donde se crea más plusvalor y donde se realiza, a diferencia de la reserva federal, que lo único que hace es imprimir dólares. México, al igual que China, India, Indonesia, etc. han fungido durante los últimos 20 años como tales paraísos de explotación del trabajo, de la naturaleza y de sus redes de infraestructuras y servicios.[10]
Entonces ¿cuál es el beneficio de toda esa inversión extranjera directa?
La respuesta es NINGUNO o MUY POCO. Puede ser que se creen nuevas fuentes de empleo y haya una cierta derrama económica en el corto plazo. Pero si no sacamos las lecciones de 40 años de políticas neoliberales, que bien apunta Andrés Barreda, entonces estamos condenados a repetir, e incluso empeorar, la situación económica, social y ambiental de nuestro país, por el hecho de que no tenemos la misma dotación de recursos de hace 40 años: algunos están agotados, como el agua en varias regiones; otros están cerca de su agotamiento, como el petróleo; y hemos acabado con gran parte de la biodiversidad de nuestro territorio, con lo que también estamos expuestos a problemas de salud. Así ocurrió con la influenza H1N1 o con el COVID-19, cuyas causas se ha identificado que residen en el deterioro de las barreras naturales que contenían la transmisión de virus entre diferentes especies.
Sigue Andrés Barreda:
En el caso específico de la desregulación ambiental, era como si se les dijera en voz baja: “Vente a México porque, además de que no hay sindicatos efectivos, ni derecho efectivo a huelga, ni tribunales que permitan el acceso de los trabajadores a la justicia, tenemos la posibilidad de que uses industrialmente el agua que gustes sin que la Comisión Nacional del Agua siquiera se cerciore de las cantidades que declares estar extrayendo, sin que la Secretaría del Medio Ambiente se ocupe de los ríos donde vas a verter todo tipo de desechos químicos, o los aires donde vas a emitir humos tóxicos, ni de los suelos y subsuelos donde se van a acumular todo tipo de desechos y lixiviados industriales, hospitalarios y municipales. Vengan porque tampoco la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios se va a ocupar de vigilar los impactos en la salud que todo ello va a tener entre millones de mexicanos. Vengan, por favor, a este paraíso de las ganancias extraordinarias. Vengan a México porque adicionalmente todas las leyes que aparentan regular algo, en realidad ya han sido desarticuladas, de tal forma que no significan absolutamente nada”.
Si bien los principales atractivos para las empresas que vienen a México son la mano de obra barata, la cercanía respecto al mercado de Estados Unidos y una serie de estímulos fiscales que ofrece el gobierno de México, no es posible aceptar la devastación de nuestro medio ambiente, la contaminación de nuestros suelos y acuíferos ni el deterioro a la salud que provocan estas actividades industriales cuando no tienen ningún control.
Siete puntos para regular el “nearshoring” a favor del pueblo
- Estas empresas deben pagar impuestos en México. Existen acuerdos entre México y Estados Unidos que impiden la doble tributación y establecen que la empresa pagará impuestos en su país de origen, y se limitan sólo a informar a la SHCP de este pago. Este es un mecanismo colonial inaceptable.
- Es necesario un estricto control fiscal de la producción que reportan estas empresas, pues es una manera de vigilarlas para que paguen los impuestos.
- Un proceso de reindustrialización soberana. Hemos insistido en rescatar la industria nacional y el mercado interno, los cuales se cedieron a empresas extranjeras en el periodo neoliberal y provocaron desempleo, pobreza, migración, deterioro de nuestro medio ambiente y aumento de las actividades criminales y de corrupción. Este proceso apunta a crear una industria nacional en la que se privilegie la participación del Estado y del sector social, además de las empresas de capital nacional por encima de las empresas extranjeras.
- La participación de las empresas extranjeras debe estar condicionada a generar sinergia con la proveeduría de empresas de capital nacional.
- Responsabilidad de las empresas en el cuidado integral del medio ambiente (aire, suelo y acuíferos).
- Que las empresas extranjeras asentadas en México transfieran tecnología y que el Estado establezca mecanismos para que esto suceda. Esto es fundamental para que haya una industrialización soberana.
- Salarios dignos, no outsourcing, plenos derechos laborales y sindicales. Sólo puede haber productividad cuando existen buenas condiciones para los trabajadores y sus familias. No puede repetirse el fenómeno de las maquiladoras.
- Planeación de la industrialización. Que el Estado intervenga y dé forma y dirección al proceso; que no lo deje a las fuerzas del mercado. Una adecuada distribución geográfica y sectorial es imprescindible para que los beneficios de la industrialización se distribuyan en todas las regiones del país y haya un desarrollo con bienestar equilibrado, no como sucede hasta ahora, que todas las maquiladoras están asentadas en el norte con efectos negativos de precariedad laboral, ecológica y de falta de agua, entre otros factores.
- La demanda adicional de energía eléctrica que sumen estas industrias que vienen a instalarse a México será solventada por la CFE de acuerdo con criterios de confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional, y no con criterios particulares. Así, la incorporación de centrales eléctricas renovables o de hidrocarburos responderá a dichos criterios de planeación.
[1] National Bureau of Economic Research (NBER). The future of economic global power (consultado en: https://www.nber.org/system/files/working_papers/w30556/w30556.pdf). NBER es un think tank del Pentágono. El escenario base propuesto por NBER establece la productividad futura en función del registro a largo plazo (PIB, crecimiento de la productividad y crecimiento demográfico) de cada región; predice que China e India se convertirán en las dos principales economías del mundo con 27.0 y 16.2% del PIB mundial en 2100, respectivamente.
[2] En 2018, tres cuartas partes de los paneles solares instalados en Estados Unidos eran importados, en su mayoría de China. En febrero de ese mismo año se implementaron aranceles a dichas importaciones. El efecto fue que las fábricas chinas de paneles solares se mudaron a Taiwán para evadir el arancel y seguir vendiendo sus productos al mercado estadounidense (consultado en: https://www.irena.org/-/media/Files/IRENA/Agency/Publication/2020/Sep/IRENA_RE_Jobs_2020.pdf?rev=db153791a7744a33913b553e02a1e5b0), p. 25.
[3] En octubre de 2022, el presidente Biden declaró que el Departamento de Comercio de Estados Unidos “impedirá a las empresas o individuos chinos comprar algunos semiconductores y materiales de fabricación estadounidense…” El anuncio implicó, además, que cualquier compañía extranjera que proporcionara este tipo de materiales fabricados en Estados Unidos a empresas o individuos chinos podía ser incluida a su vez en la lista de entidades sancionadas por el Departamento de Comercio. La medida tiene sus antecedentes en las restricciones impuestas a la compañía china Huawei por la administración del anterior presidente estadounidense, Donald Trump (consultado en: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2022/10/07/economia/1665168559_874266.html).
[4] https://www.revista.imef.org.mx/articulo/nearshoring-mexico-demanda-en-el-mercado-industrial/
[5] https://oncenoticias.digital/economia/llegan-inversiones-a-mexico-por-13-mil-mdd-gracias-al-nearshoring/252819/
[6] https://www2.deloitte.com/mx/es/pages/finance/articles/nearshoring-en-mexico-los-numeros-detras-del-relato.html
[7] https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5691049&fecha=05/06/2023#gsc.tab=0
[8] Consultado en: https://expansion.mx/economia/2023/06/06/no-debemos-subestimar-inversiones-por-nearshoring
[9] Consultado en: https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5597712&fecha=04/08/2020#gsc.tab=0
[10] https://puedjs.unam.mx/revista_tlatelolco/por-que-el-neoliberalismo-arrasa-con-el-medio-ambiente/