Raúl Rueda Pérez1 • 5 de septiembre de 2017 •
Ensayo sobre Estado neoliberal en las telecomunicaciones y respuesta laboral. Al privatizarse Teléfonos de México en 1990, se transforman de nueva cuenta las formas de negociación laboral frente a una empresa que devenía de un monopolio estatal a monopolio de empresa global, que para el actual sexenio, de Peña Nieto, la coloca en competencia monopólica internacional con la reforma constitucional en 2013. Competencia global que impone otras condiciones laborales en lo general, debido a las nuevas prácticas de comercio internacional, nuevas reglas sujetas a tratados internacionales de comercio que se someten a tribunales, leyes en organismos internacionales, arriba del marco jurídico nacional.
En el año de 1973 el país tenía una población de 57,283 millones de habitantes, Teléfonos de México contaba con 1,644,499 clientes y 20,660 trabajadores en 1975, 3,500 más que en 1970; año en que la telefonía celular nace en EUA con el radioteléfono Motorola; diez años después en Chicago, aparece la primera empresa comercializando su operación, alternativa a la telefonía convencional alámbrica de transmisión de voz, expandiéndose como industria a todo el mundo, misma que no tardo en saturarse, razón por la cual la tecnología la desarrollan e implementan con otras formas de acceso múltiple, desapareciendo los sistemas analógicos por los digitales, comercializándose en México a través de Iusacell en 1989, un año después con Telcel; el gobierno a través de la Cofetel en 1997 dividiendo al país en 9 regiones de transmisión, concesiona cada una para permitir la entrada de nuevos operadores como Unefon y Pegaso.
Desde entonces nos dice Reyes (1999) del ITAM,2 la industria evoluciona por etapas de tecnología, generaciones, de la primera a la quinta ahora en puerta 20 años después; que a partir de la segunda, en 1990, se caracterizó por ser digital en transmisión de voz solamente y para incluir a datos se pasa a la tercera generación, entendida como 3G en 2001 en Japón. De aquí en adelante la evolución se da por la velocidad en que se transmite los datos, llegando la 4G, 50 veces más rápida y 5G con gran capacidad de transmisión en 3 segundos. La diferenciación tecnológica se da por cada empresa que desarrolla la propia tecnología; la globalización, la competencia global es una realidad en este contexto, de tecnología por países de origen, convirtiendo su compatibilidad importante entre unas y otras.
En cuanto a telefonía fija, teniendo como partida el mismo año, la decisión de incrementar las líneas telefónicas no fue suficiente, el crecimiento de la industria desde el año 1970 que devino de una densidad 0.76 a 0.90 de 1960 a 1970 por cada 100 habitantes, en adelante en cada década incrementándose en 3.73, 6.59, 9.77 a fin de siglo, abajo del promedio mundial de 21; a la postre determina una razón para la apertura del mercado a la competencia. Crecimiento distinto en las entidades, de manera acelerada en seis entidades, Ciudad de México, Nuevo León, Baja California Norte, Sur, Jalisco y Estado de México, desde la década de 1980, posiblemente a causa de la migración poblacional a partir del terremoto de 1985, aunque creemos que la razón principal es a causa de la desigualdad en el desarrollo y crecimiento económico en el país, por ello un menor crecimiento en otras entidades, una baja demanda del servicio telefónico como en Tlaxcala, Hidalgo, Tabasco, Chiapas.
Teléfonos de México, empresa paraestatal desde el año 1972, ante esta necesidad de crecimiento le significo un capital de inversión que desde el gobierno se objetó a causa de las crisis económicas del petróleo de mediados de los setenta y las subsecuentes, lo que genero la necesidad de encausar el gasto productivo a otras acciones para la economía, razón de su privatización en el año de 1990.
La parte de los trabajadores telefonistas, de una empresa monopólica paraestatal, privada desde el nacimiento como industria, de dos empresas básicamente hasta 1947, las que se fusionan trayendo consigo experiencias de lucha laboral y social desde la época pre- revolucionaria, de crecimiento económico en la etapa del desarrollo estabilizador hasta finales de la década de 1960, que como industria de las comunicaciones telefónicas no fue suficiente como lo señalamos al inicio. Da diferencias en la forma de liderazgos sindicales que se reflejan en beneficios contractuales como de jubilación, pero también en condicionamientos en el proceso productivo, como lo es la permisibilidad de trabajadores de empresas subsidiarias, filiales y/o contratistas, en outsourcing en la actualidad (cláusula 9ª).
Los más de 21,000 trabajadores telefonistas en 1976, estando el país inmerso en una oleada de apertura democrática, influida seguramente por los eventos estudiantiles de 1968 y 1972, entran en una etapa de lucha laboral distinta, por mejorar las condiciones generales de trabajo, al momento de romper una relación laboral entre empresa y sindicato concertada, pasar a momentos de negociación con propuestas desde la base laboral.
La forma de negociación de la demanda laboral desde los trabajadores, ahora en tiempos de crisis económica provocada a causa de la deuda externa por la ilusión del petróleo, y subsecuentes que provocan un cambio radical en la conducción del país a través de la política económica, fiscal y social; provoca a los trabajadores y dirección sindical desde entonces a formas de organización interna, en cada momento, para cada circunstancia, para incrementar el ingreso y las prestaciones.
Sin embargo como país resulta en un paro progresivo del poder adquisitivo por los topes salariales, que a la larga definió el apalancamiento del capital; tope en la demanda de los incrementos salariales contractuales, bajo el supuesto de freno a la inflación.
La dinámica que se vive con la apertura de la economía al mercado externo desde inicios de la década de 1980, más con el Tratado de Libre Comercio en 1992, provoca al inicio la salida del mercado de la conmutación privada de la empresa a la entrada de equipos digitales, la decisión de cambio a la digitalización del sistema, otra infraestructura técnica, la aparición de la tecnología digital, que impacta progresivamente el proceso de producción, el proceso de trabajo y división del trabajo en Teléfonos de México, modificando las forma de trabajo, la intensificación de las labores que permitieron el crecimiento de la infraestructura, a su vez el incremento de la mano de obra desde finales de la década de 1980, que con la privatización en 1992, el crecimiento de la planta laboral cambia a menor calificación y menor salario sin prácticamente prestaciones de seguridad social, característica de las empresas filiales y subcontratadas permitido en el contrato colectivo de trabajo, pero que con la reforma laboral de 2012, la forma del outsourcing se intensifica, es decir el crecimiento de la mano de obra por esta vía se vuelve más intensa.
Al privatizarse Teléfonos de México en 1990, se transforman de nueva cuenta las formas de negociación laboral frente a una empresa que devenía de un monopolio estatal a monopolio de empresa global, que para el actual sexenio, de Peña Nieto, la coloca en competencia monopólica internacional con la reforma constitucional en 2013. Competencia global que impone otras condiciones laborales en lo general, debido a las nuevas prácticas de comercio internacional, nuevas reglas sujetas a tratados internacionales de comercio que se someten a tribunales, leyes en organismos internacionales, arriba del marco jurídico nacional.
A esto responde las reformas estructurales impulsadas a final del sexenio de Calderón e inicio del actual de Peña Nieto, que desde nuestra revisión son impuestas desde los organismos internacionales como el FMI y Banco Mundial, a causa del crecimiento de la deuda externa, de la obligatoriedad que impone para su cumplimiento de pago a capital y de intereses, sobre todo ante la reestructuración a lo que se vio obligado el FMI en 2009 por la crisis hipotecaria en EUA en 2007 – 2008.
Lo expuesto hasta el momento es parte de la investigación efectuada a lo que llamamos “Estado Neoliberal en las Telecomunicaciones y Respuesta Laboral: Escisión de Teléfonos de México.” Y pretende dar entrada al resultado de la misma en la parte que consideramos más importante, exponer el impacto en la parte que más nos interesa de manera breve, esperando tener la oportunidad de su publicación.
De esta manera señalamos varias circunstancias. Como el hecho de que el crecimiento de una industria no fue suficiente para un crecimiento de país, desde que la misma se instala por capitales externos a final del siglo XIX, e insuficiente cuando esta pasa a ser empresa paraestatal, resultado de la política económica del gobierno de Luis Echeverría; que aunque con un aumento mayor y modernización en su privatización, tampoco es suficiente para un país que en la óptica de un neoliberalismo económico o nuevo liberalismo impulsado a inicios de la década de 1980, que se adentra en las raíces de la política y del gobierno prácticamente en todos sus niveles, que decide impulsar al país en una apertura del mercado nacional a la entrada de capital y sus mercancías externas.
Por ello la decisión de señalar que el cambio es impulsado por un Estado neoliberal, ya que los cambios son impulsados más allá de la dinámica del mercado y para ello los cambios del marco jurídico constitucional para hacerlo obligatorio a través de sus leyes, lo que hoy sabemos por las reformas estructurales.
Por eso en los prolegómenos del capital se resalta la necesidad del capital de un Estado Neoliberal, que ha tenido su costo para la mayoría de la población incluyendo la industria nacionalista, muchos lo llaman ya como la pérdida de las cuatro décadas. Como los representantes del capital, el gran capital, el trasnacional, mediante sus organismos surgidos al final de la segunda gran guerra (FMI, Banco Mundial, OMC, OCDE), promueven, impulsan, obligan a tomar como parte de la actividad económica el comercio internacional, ser parte de un mercado necesariamente global, con sus propias reglas, que beneficia primero a las empresas y luego a sus países de origen, aunque a la entrada de D. Trump pone en entredicho tales beneficios para los trabajadores industriales de EUA.
La visión que tenemos del impacto de la lógica neoliberal, en las telecomunicaciones, es de romper el monopolio natural de Teléfonos de México e insertarlo en la competencia monopólica global, bajo el supuesto de impulsar el crecimiento de la industria en la modernización que supone beneficios de una nueva sociedad, aunque como sector de las telecomunicaciones en la parte de la televisión surgida a mediados del siglo XX limite a Telmex su entrada a la industria.
Evitamos el comentario largo de la reforma en sí de las telecomunicaciones, algo común en los medios de comunicación, resaltando la cuestión de que la decisión del gobierno de separar la empresa en dos, obligadamente tiene un impacto laboral, como ha sido históricamente a cada cambio cuando se modifica la organización y división de trabajo, a la entrada de tecnología o por razón de mercado; que pareciera una decisión de Estado, sin embargo concluimos que ello beneficia a la empresa en la lógica del capital para reducir costos, de producción y laboral, la oportunidad de resolver algunos pasivos contraídos desde la privatización, como es la cuestión de las pensiones a los jubilados que por su número es importante en la nómina, aunque ello este respaldado por un fondo de garantía.
Separación que supone, cambios en el contenido del Contrato Colectivo de Trabajo, lo que en la revisión en 2014-16 la empresa intento reducir su contenido, seguramente de algunas prestaciones económicas y del ámbito administrativo. La titularidad del contrato colectivo de la empresa separada, suponiendo una de las intenciones de la empresa en propiedad, o a la figura de patrón sustituto el contrato colectivo de trabajo a definir, la validación del actual contrato para la misma.
Seguramente la planta laboral será reorganizada, por lo que requerirá de su movilidad, cuestión ya vivida por la organización y contemplada en el contrato colectivo. La incorporación de nueva fuerza laboral, cuestión que ha venido sucediendo paulatinamente al estar los trabajadores de las filiales en los centro de trabajo. El perfil que define sus obligaciones laborales se modificara al de los trabajadores telefonistas, probablemente con una mayor universalización de la mano de obra y menor costo laboral, olvidando que la materia de trabajo siempre requiere una especialización.
Tenemos que destacar que todo cambio siempre ha tenido una respuesta de los trabajadores telefonistas históricamente, el reto es cómo lograr el cambio a favor de todos, para ello la empresa y sindicato deberán establecer la mesa de diálogo y resolver las formas y contenido del cambio en una negociación formal, lo contrario genera un conflicto que obedece a otras razones.
Finalmente la separación o no de la empresa, la entrada de empresas multinacionales al mercado nacional, presenta un problema no atendido como país, a causa de la distribución desigual de la riqueza, bajos salarios frente a altas ganancias de las empresas, la concentración de la riqueza en pocas manos; mayor pobreza que resulta en mayor marginación, bajo acceso a una calidad de vida que se define como mínimo en la Constitución y en organismos internacionales como la OIT, con el salario decente como preocupación mundial, está cada vez más lejos. Ello significa el acceso desigual y marginal a los supuestos beneficios de la modernidad que implica e impulsa las nuevas telecomunicaciones, sobre todo en entidades o localidades urbanas-rurales de mayor pobreza.
La permisibilidad del gobierno en general del bajo mantenimiento de las redes físicas, que definirá la calidad del servicio, seguramente atendido sólo cuando ello se refleje en quejas a través de la Profeco, cuando sea una obligatoriedad por ley involucrara a las empresas a un reto difícil de resolver en el corto plazo.
Las especificidades que implica el proceso no se detendrá, aún con la entrada de un gobierno de tinte político diferente, por la importancia que tiene las comunicaciones cada día más acorde a la dinámica del capital global, la circulación del mismo en los mercados financieros y del sistema bancario. Es cuestión que los trabajadores tendrán que tomar en cuenta obligadamente por los cambios de la dinámica del capital global, nuevas formas de lucha y de asociación de las organizaciones sindicales al interior del país y entre países.
Notas
1 Jubilado telefonista, licenciado en Economía por la Universidad Autónoma Metropolitana, maestro en Administración Pública por el Instituto Politécnico Nacional, integrante del Centro de Estudios Estratégicos Nacionales y de la Academia Mexicana de Ciencias Administrativas y Sociales.
2 Constantino Carlos Reyes Aldasoro. Telefonía en México: crecimiento, distribución e impacto en la informática, ITAM, Boletín de Política Informática No. 6, 1999. Tomado de: http://www.dcs.warwick.ac.uk/~creyes/telefoni.pdf, 26/08/2017 a las 8:28 pm.