AMLO y refinerías

Alejandro Villalobos Hiriart • Consultor en el procesamiento de hidrocarburos • febrero 2017 •

En su columna en el periódico Reforma del martes 21 de febrero, bajo el título “AMLO y refinerías”, el periodista Sergio Sarmiento cuestiona el anuncio del presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, de que de ganar la presidencia de la República en 2018 decidiría la construcción de una refinería en Tabasco, con una capacidad de 330,000 b/d.1

Sarmiento señala que “quienes trabajan en la industria petrolera señalan que la refinación es un negocio de margen escaso.”

Tal afirmación no se corresponde con la verdad, la refinación sí es negocio. En la tabla 1 se indican los márgenes operativos de una refinería con una configuración de conversión profunda (coking) que procesa una mezcla de crudo maya y crudo ligero, y otra refinería de conversión intermedia (FCC)2 que procesa crudo ligero tipo WTI3 de 35° API4, en 2016; la fuente de información es The Global Indicator Refining Margin (GIM).

Refinerias Tabla 1

Ahora bien, si consideramos que una refinería puede tener una vida media de 50 años o más, se entiende por qué las grandes empresas petroleras multinacionales tienen soberbias ganancias, que inclusive pueden aumentar cuando integran plantas petroquímicas a las refinerías.

Más adelante Sergio Sarmiento agrega: “Cuando Felipe Calderón anunció que se construiría una nueva refinería en Tula, reconoció que no sería rentable, pero admitió que era una medida para reducir la dependencia de México de las importaciones estadounidenses.”

La localización de la refinería en Tula era un error mayúsculo debido a las siguientes razones:

1ª. Sería necesario ampliar la red de oleoductos desde la costa de Tabasco hasta el Altiplano, para subir hasta 3,000 metros de altura un crudo pesado de alta viscosidad con un gran contenido de asfaltenos, lo cual representa un alto costo por la construcción y operación de la infraestructura.

2ª. Debe considerarse que entre el 84 y el 86% de ese petróleo es carbón, que habría que regresar en ferrocarril a la costa para su comercialización, aproximadamente 5,000 toneladas diarias.

3ª. También habría que regresar por ferrocarril a la costa el azufre separado, aproximadamente 1,500 toneladas diarias.

4ª. La altitud de Tula es semejante a la de la Ciudad de México, lo que hace necesaria más cantidad de oxígeno para llevar a cabo los procesos de combustión con los que se calienta el crudo durante su procesamiento, obviamente más oneroso que al nivel del mar.

5ª. La cercanía con la Ciudad de México representaría un problema ecológico adicional a la ya contaminada urbe.

6ª. Las refinerías son grandes consumidoras de agua y en Tula este recurso es muy escaso, por lo que habría que invertir importantes sumas de dinero para construir la infraestructura necesaria para tratar las aguas negras.

Por las razones expuestas, la localización idónea de nuevas refinerías es en la costa del Golfo de México, ya sea Cunduacán, Tuxpan, Campeche o Altamira, y no en Dos Bocas (por el nivel freático de su suelo, casi superficial, que haría onerosa la construcción).

Son convenientes las refinerías modulares, que son equipos prefabricados e integrados en módulos de los diferentes procesos que la configuran, los cuales ya están conectados y soportados con todos los componentes. Este concepto hace que los tiempos y costos de instalación disminuyan.

Finalmente, Sarmiento apunta: “La producción de petrolíferos ha venido cayendo en México desde hace años, la de gasolinas descendió en 14.7% en 2016. Esto es en buena medida por falta de inversión en las refinerías e insumos, en particular de hidrógeno.”

El hidrógeno que menciona es para obtener combustibles limpios con el fin cumplir con las normas vigentes y se produce en las refinerías en las plantas reformadoras, pero no alcanza para cubrir toda la demanda de este elemento.

Efectivamente, la producción de petrolíferos ha disminuido por la falta de un buen mantenimiento, pero es necesario destacar el impacto de la corrupción –de la que participan funcionarios, dirigentes sindicales y empresarios–, tal como lo señala la Auditoria Superior de la Federación.

Por otra parte, no se cuenta con los recursos suficientes para satisfacer un mantenimiento apropiado en todo el aparato de refinación, que incluye las plantas de proceso, de servicios auxiliares, terminales de almacenamiento, estaciones de bombeo y en general toda la infraestructura: paralelamente, existe una descapitalización del capital humano que opera y mantiene las refinerías. Urge implantar un programa de capacitación del personal.

Otro factor degradante muy importante es que se está alimentando a las plantas con una calidad de crudo que no es la contemplada en el diseño del sistema nacional de refinación, lo que ocasiona bajos rendimientos de destilados, corrosión y taponamiento en las instalaciones. Las tomas clandestinas son otro factor de gran impacto negativo.

La falta de una política de Estado que reconozca al sector petrolero como estratégico para el desarrollo y la soberanía nacional por parte de los gobiernos de los últimos 35 años, que se han dedicado a saquearlo y, con la contrarreforma energética, a liquidarlo, determina que la administración en Pemex sea pésima.

 

Notas

1 Barriles por día.

2 Proceso de craqueo catalítico.

3 West Texas Intermediate.

4 American Petroleum Institute.

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