El documento que aquí se transcribe quedó registrado en el diario de debates de la gaceta que imprime el Senado de la República, a solicitud del senador Manuel Bartlett, como su intervención. En este documento se ofrece una explicación del significado real de las medidas oficiales en materia de política energética.
Como lo viene señalando el Centro de Estudios Estratégicos Nacionales (CEEN) desde que se puso en marcha la campaña para imponer la Contra Reforma Energética, es importante profundizar en este tema e ir a las causas raíz de el aparente “desorden”. No hay tal, es un diseño perfectamente calibrado de una política antinacional y catastrófica, con implicaciones macroeconómicas muy severas.
A continuación, una apretada síntesis y luego el documento completo.
“La Contra Reforma Energética tiene como objetivo destruir la capacidad operativa, productiva, financiera, tecnológica y de suministro al mercado nacional de hidrocarburos de Pemex; y sustituirlo por monopolios u oligopolios extranjeros.
“Con la Contra Reforma Energética se machacó hasta aturdir al Pueblo de México, con la mentira de que se tenían precios de gasolina y diésel muy altos y subsidiados, por causa de la ineficiencia, corrupción y carácter monopólico de Pemex.
“Lo que realmente se pretende al romper la relación proveedor (Pemex) – permisionario para la venta, de gasolinas y diésel, es transferir los márgenes de utilidad de estas actividades, y el poder de suministro a los consumidores, a monopolios y oligopolios privados y extranjeros.
“Los importadores privados y extranjeros utilizarán la infraestructura pagada por el pueblo de México de 10,000 km de oleoductos y 5000 km de poliductos, sin cubrir los costos y mantenimientos de estas inversiones; y realizarán sólo inversiones marginales en las terminales de carga y descarga de petrolíferos.
“No se trata de competencia sino de subsidio directo del Estado mexicano al negocio de comercialización y expendio de gasolinas y diésel a favor de un puñado de individuos mexicanos y corporaciones extranjeras.
“Todo el discurso de la competencia no es más que una cortina de humo y un argumento ideológico para justificar una política pactada por el actual gobierno y su pacto contra México; con los Estados Unidos; de convertir a México en destino de su política exportadora. Baste señalar que Estados Unidos destina a México el 52.8% de sus exportaciones de gasolinas.
“No sólo se ha dejado de invertir en refinación sino que la capacidad instalada tiene un índice de utilización del 37%.
“Con una plataforma de exportación de 1 millón de barriles, a 40 dólares como precio de la mezcla mexicana, se obtienen 40 millones de dólares diarios. La importación estimada de 600 mil barriles diarios de refinados, a 100 dólares por barril, equivale a 60 millones de dólares diarios.
“En conclusión, hablar de una política de competencia en este contexto equivale a pretender justificar el despojo del patrimonio, las industrias e infraestructuras energéticas de la nación, para entregarlas a negocios privados y extranjeros con un argumento de una supuesta competencia que no lo es y que no incidirá en la reducción de los precios a los consumidores.”
Documento entregado por el Senador Manuel Bartlett a la titular de la comisionada presidenta de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), Lic. Alejandra Palacios Prieto durante su comparecencia en el Senado de la República el 25 de octubre de 2016
Fracción parlamentaria PT-Morena
Sistema Integral de Análisis Estratégico de la Energía en México (SIAEEM) Ciudad de México, 25 de octubre de 2016
- La Contra Reforma Energética tiene como objetivo destruir la capacidad operativa, productiva, financiera, tecnológica y de suministro al mercado nacional de hidrocarburos de Pemex; y sustituirlo por monopolios u oligopolios extranjeros.
1.1. Este objetivo se refiere a toda la cadena de valor económico, desde los yacimientos hasta la industrialización, comercialización y abasto de hidrocarburos y energía eléctrica.
1.2. En lo que se refiere a mandato legal para el suministro de gasolina y diésel, el transitorio décimo cuarto de la Ley de Hidrocarburos [1], mandata por ley dar término a los contratos de suministro de gasolina y diésel por parte de Pemex; y simultáneamente, a partir del 1.° de enero de 2017, establece el otorgamiento de permisos de importación de gasolina y diésel para privados, lo que incluso ya fue anticipado.
- Crítica del concepto de competencia económica.
2.1. Con la Contra Reforma Energética se machacó hasta aturdir al Pueblo de México, con la mentira de que se tenían precios de gasolina y diésel muy altos y subsidiados, por causa de la ineficiencia, corrupción y carácter monopólico de Pemex.
2.2. La realidad desmiente rotundamente esta mentira. Por la evolución del precio internacional del precio del petróleo y las gasolinas, en México ahora se tienen mayores precios de la gasolina que en Estados Unidos [2].
2.3. Pemex nunca ha definido los precios al público de los energéticos: la Secretaría de Hacienda siempre ha sido responsable de la determinación del marco regulatorio y fiscal de la determinación de los precios de las gasolinas y diésel.
2.4. La causa de que aumenten, o bien se reduzcan, los precios de la gasolina y el diésel, obedece a criterios fiscales y de recaudación.
2.5. Lo que realmente se pretende al romper la relación proveedor (Pemex) – permisionario para la venta, de gasolinas y diésel, es transferir los márgenes de utilidad de estas actividades, y el poder de suministro a los consumidores, a monopolios y oligopolios privados y extranjeros.
2.6. Afirmar que las nuevas inversiones en importación, almacenamiento y distribución de energéticos serán fuentes de nuevas inversiones y crecimiento económico, es una flagrante mentira. Los importadores privados y extranjeros utilizarán la infraestructura pagada por el pueblo de México de 10,000 km de oleoductos y 5000 km de poliductos, sin cubrir los costos y mantenimientos de estas inversiones; y realizarán sólo inversiones marginales en las terminales de carga y descarga de petrolíferos.
No se trata de competencia sino de subsidio directo del Estado mexicano al negocio de comercialización y expendio de gasolinas y diésel a favor de un puñado de individuos mexicanos y corporaciones extranjeras.
2.7. En realidad se crearán ilusiones mercadológicas para los usuarios, mediante nuevas marcas comerciales, logotipos y estrategias publicitarias para atraer clientes, en un mercado donde los factores determinantes de la fijación de precios (pago de impuestos) son realmente los que determinan el margen de precios a los consumidores, lo que no equivale a una real competencia.
2.8. Por lo tanto, todo el discurso de la competencia no es más que una cortina de humo y un argumento ideológico para justificar una política pactada por el actual gobierno y su pacto contra México; con los Estados Unidos; de convertir a México en destino de su política exportadora. Baste señalar que Estados Unidos destina a México el 52.8% de sus exportaciones de gasolinas [3].
- La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), como institución que supuestamente debe velar por el bien público a través de normas y recomendaciones para que exista una libertad de concurrencia en el mercado; es en realidad una institución cómplice de una política antinacional, por su diseño y mandato legal mismo; junto con la Sener (Secretaría de Energía) y la CRE (Comisión Reguladora de Energía); para el desmantelamiento del poder operativo y la capacidad económica y comercial de Pemex; provocando deliberadamente la vulnerabilidad de la ahora Empresa Productiva del Estado, como de los usuarios mexicanos, ante las corporaciones globales de energía.
3.1. En su recomendación de enero del presente año, la Cofece envió su opinión a la CRE (OPN-015-2015) en relación a los modelos de contratos propuestos por Pemex Transformación Industrial (Pemex), que a la letra dice:
3.1.1. “ii) […] que Pemex no establezca modalidades de entrega obligatorias como condición para la venta de combustibles, como el traslado de combustibles a las estaciones de servicio con personal y/o equipo de esa Empresa Productiva del Estado,
3.1.2. “Por el otro lado, considerando que a partir de este año, 2016, las gasolineras pueden optar por un modelo de negocio distinto al de franquicia Pemex, la Comisión planteó que estos contratos: i) no deben establecer relaciones de largo plazo —en el modelo se señala una vigencia de 15 años— o hacer difícil la salida de la relación comercial; ii) tienen que precisar que la relación de franquicia sólo comprende la venta de gasolinas y diésel, y no la comercialización de otros productos, y iii) debe permitir que los precios de venta al público sean determinados por cada permisionario y no por Pemex, en virtud del nuevo régimen de banda en el precio máximo de estos combustibles.” [3]
- La destrucción de la capacidad de suministro de gasolina y diésel de Pemex, y su sustitución por empresas privadas y extranjeras no conducirá a menores precios para los consumidores mexicanos.
4.1. Como está establecido en la Ley de Ingresos para 2017, se contempla un aumento del IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) que deberán pagar los consumidores; y al mismo tiempo se mantienen altos impuestos a Pemex en relación a los que tributarán los contratistas privados. Lo anterior obligará a Pemex a un endeudamiento para el pago de sus obligaciones fiscales.
4.2. La causa del aumento del precio de la gasolina y el diésel tiene que ver con la irracional e injustificable política de desindustrialización energética.
4.2.1. No sólo se ha dejado de invertir en refinación sino que la capacidad instalada tiene un índice de utilización del 37%.
4.2.2. En consecuencia, se estableció una irracional e injustificable política de importación de estos energéticos que ya alcanza un volumen de 570,000 barriles diarios en el mes de agosto de 2016.
4.2.3. El precio de estos barriles importados necesariamente incluye:
4.2.3.1. El precio del petróleo crudo;
4.2.3.2. El costo de la refinación;
4.2.3.3. El costo de comercialización en Estados Unidos;
4.2.3.4. El costo de importación, almacenamiento y traslado de la gasolina y diésel;
4.2.3.5. Impuestos pagados en Estados Unidos; y
4.2.3.6. Utilidades generadas en Estados Unidos.
4.2.4. La política del actual gobierno y el Pacto contra México hace a los mexicanos pagar por todo estos costos, en detrimento de la actividad industrial, empleos e impuestos pagados en México.
4.2.5. En lo que va del presente año (2016) se han importado en promedio 633,971 barriles diarios de combustibles (469,329 de gasolina y 164,641 de diésel); sin embargo la importación tiende a aumentar de manera acelerada, alcanzando en el mes de agosto 534,072 barriles diarios únicamente de gasolina, equivalentes al 66 % de la demanda nacional, que asciende a 815,000 barriles diario gasolina [4, 5].
4.2.6. Con estos hechos se demuestra, entre otros, que la Contra Reforma Energética es una traición a los mexicanos, pactada por el actual gobierno con la oligarquía nacional, las corporaciones globales y los Estados Unidos de América.
- La Contra Reforma Energética está destruyendo a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). La desindustrialización y dependencia energética hace inviable las finanzas públicas, el crecimiento económico y el desarrollo nacional.
5.1. La Contra Reforma desindustrializa al sector energético de la Nación y busca que México sea importador de gas, gasolinas, diésel y petroquímicos de los Estados Unidos de América, a cambio de la exportación de crudo sin valor agregado.
5.2. Por esta razón, en 2015, por primera vez en la historia, México tiene una balanza petrolera deficitaria.[6]
5.3. Hacia el 2017, para mantener el actual ritmo de importación de gasolinas, México necesitará 21 mil millones de dólares. Esta cifra se debe ponderar ante el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos del segundo trimestre de 2016, que fue de 7,852 millones de dólares.
5.4. Con una plataforma de exportación de 1 millón de barriles, a 40 dólares como precio de la mezcla mexicana, se obtienen 40 millones de dólares diarios. La importación estimada de 600 mil barriles diarios de refinados, a 100 dólares por barril, equivale a 60 millones de dólares diarios que suman 21,900 millones de dólares al año. El valor del crudo importado es insuficiente para cubrir la factura de la importación de petróleo, gas y petroquímica por órdenes de magnitud.
5.5. Bajo estas circunstancias, un aumento del precio internacional del petróleo ciertamente aumentará los ingresos por exportación de crudo; pero al mismo tiempo, magnificará el impacto del monto de los nuevos precios internacionales de la importación de refinados y petroquímica. La desindustrialización energética implica necesariamente, que mayores precios de crudo aumentarán en el futuro el déficit petrolero.
5.6. Durante los últimos 30 años México obtuvo a través de Pemex, un superávit petrolero que compensó (parcialmente) la balanza comercial, el déficit de cuenta corriente y de balanza de pagos; y aportó el 97% de las divisas del Banco de México.
5.7. La política de traición a los intereses del pueblo de México en materia energética, hace inviable ahora la macroeconomía nacional, en la medida en que este factor compensatorio macroeconómico, del aporte comercial y de divisas de Pemex, sin mencionar su aporte fiscal, ha sido cancelado a partir del año 2015 y hacia el futuro.
5.8. Establecer un suministro energético basado en la importación de petrolíferos, tendrá, de manera necesaria, dos consecuencias negativas que incidirán en la inversión, el crecimiento, el empleo y el desarrollo: 1) los aumentos de los precios internacionales no tendrán posibilidad de ser compensados por ninguna política pública, lo que incidirá en los costos de las empresas y los ingresos de los ciudadanos; 2) cualquier aumento en el tipo de cambio tendrá un aumento directo de los costos productivos y de la inflación por causa de mayores precios de los energéticos.
5.9. Ante esa circunstancia, ninguna política monetaria será suficiente y, en todo caso, sólo podrá enviar señales a la economía para disminuir la tasa de crecimiento, a través del aumento de las tasas de interés.
5.10. Más aún, como una consecuencia necesaria, será casi imposible la meta de tener un -balance económico primario-, pues se disminuirá el ritmo de crecimiento y se profundizara la desigualdad social. Imaginar intervenir en este escenario con subsidios, además de imposible, es totalmente irracional.
5.11. El déficit de la balanza de pagos, resultado de corporaciones globales, industriales, financieras y de servicios, que no generan exportaciones, y por lo tanto no obtienen divisas suficientes para la economía nacional, y que históricamente habían sido compensadas con los aportes de Pemex, ha obligado al Banxico a subir la tasa de interés de 4.25 % a 4.75 %. Por lo que el gobierno deberá de pagar una mayor cantidad de intereses por la deuda contratada, y las empresas nacionales y el pueblo trabajador, pagarán más intereses por sus créditos.
5.12. La desindustrialización energética es causa directa del estancamiento económico, la reducción presupuestal y el aumento de la deuda pública.
- En conclusión, hablar de una política de competencia en este contexto equivale a pretender justificar el despojo del patrimonio, las industrias e infraestructuras energéticas de la nación, para entregarlas a negocios privados y extranjeros con un argumento de una supuesta competencia que no lo es y que no incidirá en la reducción de los precios a los consumidores.
6.1. La política de competencia del gobierno de Enrique Peña Nieto tiene un solo objetivo: hacer incompetentes y destruir a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad.
6.2. El concepto de competencia es una cortina de humo para ocultar el pacto del actual régimen con corporaciones privadas y poderes extranjeros, para despojar a la Nación de su patrimonio, sus empresas de Estado, sus industrias, infraestructura, mercados y el poder de suministro directo de energéticos a la población.
6.3. El concepto de competencia no tiene en realidad un objetivo de eficiencia económica, sino de encubrir la política de dependencia energética del actual gobierno y sus cómplices, hacia los Estados Unidos de América y sus corporaciones.
6.4. Esta política es catastrófica para el Pueblo de México y tiene ya consecuencias económicas y sociales inmediatas de suma gravedad, que se convertirán en condiciones permanentes.
6.5. El objetivo de Estado Unidos que ha asumido el actual gobierno como propio, es destruir la competencia de México; profundizar la desindustrialización y la dependencia energética; para hacen inviable cualquier estrategia de desarrollo propio de México, ahora y hacia el futuro.
6.6. Con la firma de México del Tratado Transpacífico, con la falacia de la “competencia”, signado ya por el Ejecutivo Federal y seguramente aprobado por el Senado de la República, se compromete la Nación a la disminución del poder nacional y de sus empresas públicas, para abrir la economía a una mayor “competencia”, que no es otra cosa que la mayor intervención aún de las corporaciones globales en nuestro país, poniendo sus derechos sobre los derechos del Pueblo de México, y destruyendo la capacidad real de regular procesos de mercado, ante corporaciones globales que avanzan sin control en sus niveles de concentración y dominio oligopólico.
6.7. El problema de México es la incompetencia de quienes dirigen el régimen político y el actual gobierno, que hacen inviable el crecimiento, el desarrollo económico, y por lo tanto la justicia social, la equidad, la paz y la soberanía.
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