Crisis de deuda y desaceleración económica en EU y Europa

Centro de Estudios Estratégicos Nacionales.

Las dificultades de financiamiento a favor de la actividad productiva, los altos niveles de desempleo, las medidas de austeridad anunciadas y las continuas tensiones políticas para lograr acuerdos para la reestructuración de la deuda en Estados Unidos y  la Zona Euro han abierto el panorama para una posible nueva recesión económica mundial.

1ECONOMIAINTER0En el escenario actual, Estados Unidos y la Zona Euro podrían caer de nuevo en una recesión económica, lo que en buena medida responde a las dificultades de financiamiento a favor de la actividad productiva, los altos niveles de desempleo, las medidas de austeridad anunciadas en varios de los países de la zona euro y las continuas tensiones políticas para lograr acuerdos que satisfagan las condiciones de restructuración de deuda en ambas zonas económicas. Frente a este contexto, se han reducido las previsiones de crecimiento de la economía global, destacando una menor actividad para Estados Unidos, hecho que conllevó a una mayor inestabilidad en los mercados globales.

Análisis

Recientemente, los mercados financieros del mundo han mostrado mayor volatilidad debido al nerviosismo de los inversores sobre la presencia de una nueva recesión global impulsada por la crisis de deuda soberana de los países europeos y de Estados Unidos.

Factores como un nuevo rescate financiero solicitado por Grecia e Italia; las poco eficaces estrategias fiscales y monetarias que las autoridades Europeas han expuesto para solucionar la crisis de deuda; la expectativa para lograr un nuevo ajuste fiscal en las Cámaras del Congreso de Estados Unidos; así como las desalentadoras cifras en el sector manufacturero dadas a conocer por la Reserva Federal; desestimularon la confianza de los inversionistas.

Adicionalmente a dichos factores, el Banco estadounidense Morgan Stanley redujo sus expectativas de crecimiento para Estados Unidos, de 2.5 por ciento a 1.0 por ciento en 2011, hecho que propició aún más el temor entre los inversionistas y conllevó a importantes caídas de las bolsas de valores.

Resulta indispensable reconocer que si bien es cierto que Estados Unidos y la Unión Europea lograron crecer 3.1 y 2.1 por ciento durante 2010, respectivamente (resultado del impacto de la mejora en la demanda y consumo global), indicadores clave de desempeño económico como: generación de empleo y mejora de las finanzas personales de la población; inversión productiva; mejora del consumo residencial y mayor crédito; entre otras, dan cuenta de que los efectos de la crisis económica de 2008-2009 sobre la economía real aún son persistentes. Hecho que ha impulsado la expectativa de una nueva recesión.

Bajo este tenor, ar. examina las circunstancias que han dado pie a la expectativa  de una posible nueva recesión, cuyo origen una vez más se genera en los países desarrollados.

1. Una nueva crisis de deuda soberana

Como resultado de la crisis económica que diera inicio en 2008, las economías avanzadas sufrieron una grave descapitalización en el sector privado principalmente en el bancario. Esta crisis tuvo su causa principal en los problemas  financieros del sistema hipotecario de Estados Unidos, cuyos desbalances provocaron reacciones negativas en los mercados financieros globales, la huida de capitales y finalmente el traslado de la crisis financiera a la economía real en el mundo.

Entre las principales consecuencias de la crisis de 2008-2009 sobre la economía real se encuentran el recrudecimiento del desempleo y la contracción de los ingresos de la población. Factores que persisten en Estados Unidos y la Unión Europea, pese a la puesta en marcha de diversos planes de rescate a favor de la liquidez y la recuperación del empleo, hecho que a su vez incrementó fuertemente la deuda soberana en aquellos países.

Estados Unidos puso en marcha diversos programas, destacando la Ley de de Recuperación y Reinversión con un presupuesto de 787 mil millones de dólares (mmd) para: incentivar la producción y el consumo; impulsar a los sectores más afectados; e invertir en programas de asistencia social. Adicionalmente, se puso en marcha un programa de inversión en carreteras y ferrocarriles, con un monto de 50 mmd; un plan de estímulo para inyectar en el sistema financiero 600 mmd, entre otros.

De igual forma, la Unión Europea emprendió rescates de los principales bancos privados de la zona euro, y presentó un plan de ajuste fiscal para balancear los niveles de deuda de los países miembros por un monto de 750 mil millones de euros.

 Esta situación derivó en un importante incremento de la deuda soberana de economías como Grecia, Irlanda e Italia, que para 2011 y 2012 podrían superar su deuda soberana en más del 100 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), países que junto con Portugal y España se estima tendrán las tasas de crecimiento más bajas para 2011 (inferiores al 1.5 por ciento). Japón por su parte es un caso especial, ya que históricamente muestra altas tasas de endeudamiento; sin embargo, debido al gran terremoto sufrido a principios de 2011, su deuda se incrementó de manera significativa para dirigirse al gasto en inversión, infraestructura y de reconstrucción.

Contrario a los dos casos anteriores, países sin graves problemas de endeudamiento e importante control fiscal como Rusia, Chile y China serán los que sorteen de mejor manera las condiciones adversas de una posible contracción global, pues se estima que crezcan por arriba del 3.0 por ciento en 2011 (Ver Cuadro 1).


En este sentido, como se ilustra en el Cuadro 1, se prevé que para 2011 las economías con mayores compromisos y con importantes refinanciamientos de su deuda alcancen un menor crecimiento del PIB y enfrenten mayores problemas de desempleo, tales son los casos de Portugal, Irlanda, Grecia y Estados Unidos. Países cuyos altos niveles de desempleo han afectado la recuperación de las finanzas personales de la población y por lo tanto continúan restringiendo el consumo personal de bienes duraderos. Ver Gráfica 1.

Un caso significativo es Estados Unidos, cuya deuda del gobierno mostró un crecimiento promedio de 14.3 por ciento durante 2008-2010, en tanto que la generación de nuevos puestos de trabajo mostró una caída promedio de 3.0 por ciento durante el mismo periodo. Asimismo, durante el segundo trimestre de 2011, la generación de nuevos empleos en este país mostró un crecimiento de tan sólo 0.4 por ciento frente a un desempleo que se estima pueda alcanzar el 8.5 por ciento de la PEA para el cierre del año.


2. Señales de un nuevo declive económico

Si bien, las economías avanzadas lograron mostrar un importante repunte durante 2010, (resultado de la mejora en la demanda y consumo global, tras los efectos de la crisis de 2008-2009), durante la primera mitad de 2011 dichas economías mostraron una significativa ralentización.

La Unión Europea ha tratado de reactivar su demanda poniendo orden en sus principales desequilibrios fiscales y tratando de sanear sus niveles de deuda, pues cabe recordar que el vencimiento de los bonos soberanos de países como Portugal, Italia, Irlanda, Grecia es de aproximadamente 502 mmd en 2011. En tanto que las empresas de esos países enfrentan el vencimiento de bonos por 310 mmd en 2011, situación que ha complicado la liquidez financiera en dicha zona, y ha generado mayor temor ante las expectativas de caer en una grave moratoria.

En lo que respecta a Estados Unidos, la actual debilidad del mercado de la vivienda, los problemas hipotecarios y la acumulación de ejecuciones hipotecarias continuaron ejerciendo presión sobre el sistema bancario, lo que aunado a las limitantes de liquidez, han complicado el retorno a un mercado financiero estable.

Por estas razones, el Banco estadounidense Morgan Stanley redujo sus expectativas de crecimiento para Estados Unidos, de 2.5 por ciento a 1.0 por ciento en 2011, acto que generó nerviosismo en los mercados globales ante la presencia de una nueva recesión en Estados Unidos. Asimismo, y como se muestra en la Gráfica 2, desde el mes de abril, el nerviosismo entre los inversionistas se incrementó frente a la presencia de nuevos ajustes fiscales y refinanciamiento de deudas en países como Portugal, Irlanda, Grecia e Italia, así como de Estados Unidos.


Frente a este contexto, se prevé que para el segundo semestre de 2011, el ritmo del comercio mundial sea mucho más lento que el registrado durante el mismo periodo de 2010, lo que implica la presencia de una desaceleración suave y menos dañina que la observada en 2008-2009 a nivel global. Esta situación es impulsada principalmente por las economías europeas, cuyas dificultades de financiamiento a largo plazo, medidas de austeridad anunciadas, depreciación frente al dólar y sus continuas tensiones financieras han dado pie a la reducción en las previsiones de crecimiento para 2011.

De acuerdo a este escenario, Morgan Stanley redujo sus previsiones de crecimiento de los países desarrollados a 1.5 por ciento para 2011 y 2012, cuando anteriormente estas previsiones eran de 1.9 y 2.4 por ciento, respectivamente. De igual forma, este organismo estima que las economías emergentes crezcan en promedio 6.4 y 6.1 por ciento en 2011 y 2012, respectivamente, previsiones que anteriormente eran de 6.6 y 6.7 por ciento, respectivamente.

En lo referente a Estados Unidos, se prevé que la economía crezca 1.0 por ciento en 2011, 1.5 por ciento menos que su anterior previsión, lo cual se relaciona con el hecho de que un tercio de las exportaciones norteamericanas van dirigidas a la zona euro, la cual se prevé crezca en promedio de 0.5 por ciento en 2011, 0.7 por ciento menos que su última previsión.

Adicionalmente a la expectativa de menores niveles de comercio exterior, otro de los factores centrales de la economía real para reducir las previsiones de crecimiento económico, es la liquidez hacia el sector financiero y productivo. Como se observa en la Gráfica 3, durante el cierre de 2010, las economías desarrolladas presentaron un estancamiento en el crecimiento del crédito, situación que se agravó durante los primeros cinco meses de 2011, ya que países como Reino Unido, Estados Unidos y Japón presentaron caídas promedio de 8.2, 2.7 y 1.1 por ciento, respectivamente, en tanto que la zona euro registró un nulo crecimiento del crédito.


Es importante destacar que pese a la expectativa de una nueva recesión impulsada principalmente por la debilidad económica y financiera de la eurozona, no se prevé una desaceleración mayor a dos trimestres consecutivos de contracción en Estados Unidos. Este escenario considera el hecho de que si bien la recuperación del empleo y el sector productivo en Estados Unidos ha sido lenta, las medidas fiscales para evitar mayores efectos negativos sobre la economía real han sido persistentes e incluso se prevé que los ingresos de los hogares se vean apoyados por una inflación más baja. Frente a este contexto, ar. prevé que para los próximos 2 trimestres de 2011, la economía norteamericana disminuya el ritmo de crecimiento en su producción industrial, lo que en buena medida se relaciona con el hecho de que un tercio de las exportaciones norteamericanas van dirigidas hacia Europa. Ver Gráfica 4.


Conclusiones
Las dificultades de financiamiento a favor de la actividad productiva, los altos niveles de desempleo, las medidas de austeridad anunciadas y las continuas tensiones políticas para lograr acuerdos para la restructuración de la deuda en Estados Unidos y  la Zona Euro han abierto el panorama para una posible nueva recesión económica mundial.

De esta forma, pese a las diferentes medidas fiscales y monetarias de las economías desarrolladas para poder socavar los efectos de la crisis económica de 2008-2009, no se observa aún una recuperación plena en la economía real. Situación que ocasiona la disminución de los niveles de demanda y consumo global, especialmente ante las crecientes expectativas de una desaceleración mundial.


En este sentido, los mercados financieros mundiales continuaron indiferentes y aún temerosos, pese a las medidas “tranquilizadoras” anunciadas por las autoridades de Alemania y Francia sobre la crisis de la deuda europea. A la par, las condiciones en el sector financiero de Estados Unidos permanecen inestables y en una creciente incertidumbre. Hechos que permiten prever la  presencia de una desaceleración para el cierre de 2011, con el riesgo de convertirse en una nueva crisis, de no cumplirse las medidas para evitar mayores moratorias en Europa. Este contexto afectará significativamente el sector productivo mexicano, de ahí la importancia de que desde el Gobierno Federal se inicien medidas cautelares.

.

Deja una Respuesta

Tu correo electronico no será publicado.